Espirometría simple y con broncodilatador: El espirómetro en un equipo sofisticado que evalua la función pulmonar mediante la medición del volúmen que una persona puede sacar en un esfuerzo máximo. Es la prueba ideal para el diagnóstico de asma y EPOC.
Pruebas de reto bronquial: También se hace con un espirómetro previa nebulización con sustancias capaces de cerrar controladamente las vías aéreas tales como la metacolina, la adenosina o el manitol. Sirve para confirmar o descartar casos de asma de dificil diagnóstico.
Pletismografía Corporal y Lavado de Nitrógeno: Consiste en una cabina en la cual ingresa el paciente la cual contiene una cantidad de aire conocida en su interior, que se equilibrará con el de las vias respiratorias del enfermo al hacer maniobras respiratorias especiales. En el caso de lavado de nitrógeno el paciente respira profunda y rápidamente para sacar todo el nitrógeno que tenga en sus vias aéreas y determinar si existe aire atrapado de más según la enfermedad que se esté evaluando. La finalidad es medir los volumenes que una persona no puede eliminar de los pulmones de manera voluntaria. Nos da gran informacion sobre EPOC y Enfermedades del Intersticio Pulmonar.
Difusión de Monóxido de Carbono (DLCO): Este estudio nos indica cuanta cantidad de membrana de intercambio gaseoso existe funcionalmente hablando, lo cual indica cual es la eficacia del trabajo de pulmón. Sirve también para determinar el riesgo preoperatorio en una cirugia de resección pulmonar.
Ventilación Máxima Voluntaria: Con este estudio podemos saber sin la causa de la dificultad respiratoria es de origen neuromuscular. Consiste en que el paciente respire lo más rápido y profundo posible.
Estudios de Sueño: la poligrafia y la polisomnografia, de distinto grado de complejidad, tienen la finalidad de coroborar o descartar enfermedades de alta prevalencia en nuestro país como el Síndrome de Apnea Obstructiva del sueño. Ambos estudios miden flujo respiratorio, movimientos de la caja torácica, nivel de oxígeno y parámetros cardiacos, que en conjunto dan un panorama completo de la enfermedad. La Polisomnografia a diferencia de la poligrafia cuenta con canales neurológicos para derminar en qué fase del sueño se encuentra el paciente cuando sufre de dichos fenómenos. Una vez que se diagnostica la enfermedad, se requiere una titulación (calibración) automática o manual de presión positiva (CPAP) en laboratorio o en domicilio para el tratamiento definitivo.